viernes, 13 de septiembre de 2024

Yacimiento Doña Blanca


 


Volvemos a El Puerto de Santa María y junto al Poblado de Doña Blanca que ya vimos en una entrada anterior, hoy os enseño el Yacimiento Arqueológico y el Castillo de Doña Blanca.

El Castillo de Doña Blanca está situado en el pago de Sidueña.

El nombre de la fortaleza viene dado porque allí sufrió cautiverio doña Blanca de Borbón, la hija del duque Pedro I de Borbón y de Isabel de Valois (nieta de Felipe III de Francia), siendo Blanca reina consorte de Castilla, encarcelada por el propio rey de Castilla Pedro I, durante la guerra civil de Castilla, alrededor de 1359.

Se trata de un castillo y una torre construida entre el siglo XIV y XV para la vigilancia de la bahía de Cádiz y que también fue usada como ermita dedicada a Santa María de Sidueña.










El Yacimiento Arqueológico Doña Blanca se trata de un tell excavado entre 1979 y 1995 en el que se han hallado restos de murallas,​ viviendas,​ un puerto fluvial púnico y una necrópolis,​ pertenecientes a una ciudad fenicia o de origen, cuya ocupación comprende desde el siglo VIII hasta el III a. C.​ Por lo tanto disputaría, junto con Cádiz y el Cerro del Castillo (en el término municipal de Chiclana),​ ser la ciudad fenicia más antigua que se ha encontrado hasta ahora en la península ibérica.​ Por ello, tiene una importancia singular en el panorama de la colonización fenicia en el Mediterráneo occidental.

Su excepcional grado de conservación (única ciudad fenicia que se ha conservado intacta hasta nuestros días) hace que el yacimiento sea una pieza clave para las futuras investigaciones sobre el establecimiento de los fenicios en la provincia y bahía de Cádiz, y su relación con los pueblos indígenas de la Baja Andalucía. Destacan, entre otros contenidos, una de las bodegas más antiguas del mundo, conservada en su totalidad.

Los restos más antiguos encontrados en este enclave se fechan, en una fase tardía de la Edad del Cobre, hacia finales del III milenio a. C. A este momento pertenecen algunos fondos de cabañas dispersas que se adaptan a la topografía original del terreno. Posteriormente se produce una fase de abandono en la que el yacimiento permanece deshabitado que se prolonga hasta mediados del siglo VIII a. C., momento en el que vuelve a ser ocupado.

Ya en el siglo VIII a. C. se convierte en una auténtica ciudad, dotada de muralla, que permanecerá habitada de manera continuada hasta fines del siglo III a. C.​ Durante estos cinco siglos de vida ininterrumpida, la ciudad sufre varias remodelaciones urbanísticas y la construcción de otras dos murallas. El yacimiento vuelve a quedar abandonado desde finales del siglo III a. C. hasta época medieval islámica, momento en el que se estableció una alquería almohade (siglo XII).




















¡Espero os haya gustado este reportaje!



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