viernes, 30 de noviembre de 2018

Cáceres






Hoy hacemos ruta viendo sus edificios más importantes por la ciudad de Cáceres, capital de la provincia homónima y perteneciente a la comunidad autónoma de Extremadura. Cuenta con unos 95917 habitantes aproximadamente.


Abajo vemos el Ayuntamiento de Cáceres y la Plaza Mayor donde además del consistorio vemos la Torre de Bujaco, construcción árabe sobre sillares romanos; adosada a la anterior la Ermita de la Paz finalizada en 1750 y la Torre de los Púlpitos del siglo XV. 












Nos adentramos en el casco histórico atravesando el Arco de la Estrella y a través de una estecha calle llegamos a la Concatedral de Santa María de Cáceres. Se completó entre los siglos XV y XVI sobre una construcción del siglo XIII de maneras mudéjares. Su estilo se puede considerar románico de transición al gótico. Tiene dos portadas góticas, la del Evangelio, frente al palacio Episcopal, con finas arquivoltas y una imagen moderna de la Virgen en el tímpano, y la portada principal, en los pies, en la que destaca el escudo de Orellana y los canecillos románicos de la cornisa. 

La iglesia tiene una sola torre, renacentista de tres cuerpos y planta rectangular, coronada por cuatro flameros donde ahora asientan nidos de cigüeñas; fue realizada entre 1554 y 1559 por Pedro de Ibarra. 

En la esquina oeste de esta torre se halla adosada una estatua de San Pedro de Alcántara ejecutada en 1954 por el escultor extremeño Enrique Pérez Comendador. 

En su interior destacan el retablo mayor plateresco. La capilla de los Blázquez o del Santísimo Cristo contiene la talla del Cristo Negro de Cáceres, un crucifijo gótico del siglo XIV. También destacan la capilla de Santa Ana de 1446 y la de San Miguel de 1551.





























En la sacristía se encuentra el museo de la Concatedral.










Seguimos paseándonos por las estrechas calles de la zona medieval de la ciudad entre palacios, murallas y arcos hasta llegar a nuestro siguiente destino.










Llegamos a la Iglesia de Santiago edificada en el siglo XIV, en el renacimiento el maestro Rodrigo Gil de Hontañón se haría cargo de su restauración, incorporándose en este tiempo elementos constructivos y estéticos propios de la época. De ese momento son algunos de sus aspectos más destacables como son su espléndida capilla mayor o la sacristía.






















Después vemos la Iglesia de San Francisco Javier, iglesia jesuita de estilo barroco construida en el siglo XVIII. Las obras comenzaron en 1698 y concluyeron en 1755. 













Entre callejas, palacios y plazas empedradas nos encontramos con el Convento de San Pablo, del siglo XV y regido por monjas franciscanas. 









Seguimos andando y ahora llegamos a la Iglesia de San Mateo, templo de estilo gótico del siglo XVI. La torre, sobria y carente de adornos, es último el elemento construido, data de 1780. 










Llegamos después al Convento de Santa Clara, edificado en el año 1614 y regido por monjas clarisas. Destaca en el edificio la portada principal manierista del siglo XVII.








Saliendo de la zona medieval y llegando a la más comercial del centro vemos algunas fachadas regionalistas y modernistas y vemos también la Iglesia de San Juan Bautista, de estilo gótico se construyó durante el siglo XIII aunque sufrió grandes reformas en los siglos XIV, XV, y XVI y no estuvo totalmente concluida hasta el XVIII. En un lateral de la misma hay un pequeño monumento a la Semana Santa.










Terminamos este recorrido con la Plaza de Toros construida en 1846.







¡Espero os haya gustado este reportaje!