Seguimos con la ruta por pueblos de la provincia de Sevilla.
Hoy nos vamos a El Palmar de Troya.
Este municipio se encuentra en la comarca del Bajo Guadalquivir. Se encuentra a 45 kilómetros de Sevilla y tiene 2343 habitantes.
Es el municipio más joven de la provincia de Sevilla, creándose su ayuntamiento en el año 2018, cuando se independizó de la ciudad de Utrera.
Empezamos nuestro paseo en la plaza de la Concordia, centro social palmareño, entorno a la cual se concentra gran parte de la actividad comercial.
En la calle Geranio vemos el Ayuntamiento del municipio.
En la avenida de Utrera, arteria principal de la localidad, a la entrada del pueblo nos encontramos la Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen.
Iglesia católica moderna y funcional que conserva en su fisonomía restos del carácter de barracón que la acompañó desde un comienzo por los inicios precarios de la población.
En su interior se venera a la Patrona palmareña, la Virgen del Carmen, además de las imágenes del Cristo de la Buena Muerte, Jesús Nazareno de Pasión, la Borriquita y la Virgen de los Dolores.
Seguimos dando un paseo por las calles del municipio.
Antes de salir del casco urbano vemos el Santuario del Inmaculado Corazón de María llevado por la Orden de la Cruz Blanca, el segundo de los centros espirituales del municipio y ligado con las apariciones marianas que hubo en la localidad en 1968.
A las afueras del núcleo urbano llegamos al paraje de las apariciones marianas de 1968, allí se levanta la conocida como Cruz Blanca, un humilladero al aire libre, a pie de carretera, donde suelen reunirse en oración los fieles de la orden de la Cruz Blanca que ya vimos antes.
Justo detrás y tras un gran muro de hormigón que la separa del resto del mundo, se levanta la Basílica de la Iglesia Palmariana, el tercer centro espiritual del municipio y ligado también a las apariciones marianas de los años sesenta del pasado siglo.
Este espacio es regido por la Iglesia Palmariana, escisión de la Iglesia Católica con su propia doctrina, normas, dogmas y jerarquía.
A unos 7 kilómetros del pueblo vemos la Torre del Águila, torre de vigilancia edificada en el siglo XIV. Los sillares fueron reutilizados de un antiguo asentamiento romano que había en el mismo lugar llamado Siarum.
A los pies de la torre vemos el Embalse de Torre del Águila.
Se localiza al sureste de El Palmar de Troya, en un entorno de pequeñas lomas, con altitudes entre 144 y 51 m, y pendientes suaves. Cuenta con dos brazos principales. El brazo oeste recibe las aguas del arroyo de Santiago, mientras el brazo este se subdivide a su vez en dos, uno de los cuales es alimentado por los arroyos Guadainfantilla y Pilar del Coronil, y el otro por el arroyo Salado de Morón. Aunque está inmerso en una zona agrícola, el embalse se encuentra rodeado por árboles, principalmente eucaliptos, y cuenta en sus orillas con algunas manchas de taraje y zonas de pastizal. A pesar de su origen artificial, el embalse tiene un gran interés desde el punto de vista paisajístico, al estar localizado en una zona muy antropizada y de gran monotonía como es la Campiña. Además, por su cercanía a los humedales de Doñana, Brazo del Este y Complejo Endorreico de Utrera, el embalse Torre del Águila es lugar de paso y de invernada para un gran número de aves acuáticas, entre las que cabe destacar ánade real, pato cuchara, focha común, porrón común y malvasía.
Para terminar entre la Torre del Águila y el municipio se encuentra el Cortijo de Troya, origen del municipio con una hacienda de finales del siglo XVIII adosada a la Torre de Troya, torre vigía del siglo XIV para la defensa de la Banda Morisca.
Los jornaleros de este cortijo fueron los que iniciaron el asentamiento de El Palmar de Troya.
¡Espero os haya gustado este reportaje!