El fin de semana pasado, último del mes de mayo, fue el traslado de la Virgen del Rocío desde Almonte a su aldea 33 meses después a causa de la pandemia. Las calles de Almonte se llenaron como manda la tradición de arcos y bóvedas de flores de papel por donde después pasaría la Blanca Paloma.
En la tarde noche del sábado 28 de mayo los almonteños saltaron la reja en la parroquia de la Asunción para comenzar el traslado de regreso de la Virgen del Rocío ataviada de Pastora. Durante toda la madrugada la Virgen recorrió las calles almonteñas hasta que al Alba del domingo quedó entronizada en el altar del Chaparral para colocarle el capote y el velo. Entorno a las nueve y media de la mañana la Virgen abandonaba su pueblo en dirección al Camino de los Llanos que la llevó hasta su aldea y su santuario ya bien avanzada la tarde. Miles de personas acompañaron en todo momento a la Patrona almonteña.
¡Espero os haya gustado este reportaje!
Impresionante el pueblo engalanado, una auténtica maravilla.
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