Paseando por la calle San Vicente de Sevilla, a mitad de la misma nos encontramos el Convento de Santo Tomás de Aquino, antiguo Convento de Santa María la Real.
En el año 1515, el arzobispo dominico fray Diego de Deza fundaba el colegio llamado de Santo Tomás de Aquino, que dependía del colegio de San Esteban de Salamanca, para veinte frailes.
En el año 1541 el Colegio se convierte en Universidad donde se conceden grados a religiosos de otras órdenes y a seglares. La Universidad funcionó hasta el año 1822 en que fue suprimida.
En este Colegio de Santo Tomás estudiaron personajes ilustres como fray Tomás de san Martín, fundador de la Universidad de San Marcos de Lima; Nicolás Antonio, San Juan de Ávila, Pedro Mexía, Juan de Ochoa y otros muchos hasta completar una extensa nómina.
El Colegio se encontraba junto a la Catedral de Sevilla hasta que fue derruido en el año 1927.
En el año 1992 los dominicos reconstruyen el Monasterio de Santa María la Real, de monjas dominicas contemplativas que años antes se habían trasladado a Bormujos, y le ponen el nombre de Convento de Santo Tomás, en memoria del Colegio fundado por Diego de Deza.
Actualmente es la sede del Noviciado de los dominicos en España, y la comunidad desempeña distintas tareas pastorales, entre ellas la atención al culto en la iglesia conventual.
En 2016 la comunidad de San Jacinto de Sevilla se unió a la comunidad de Santo Tomás y desde entonces desde este Convento se atiende la parroquia de San Jacinto que es hogar de numerosos grupos de catequesis, pastoral y oración, abiertos a jóvenes, adultos y mayores; así como de diferentes grupos de la Familia Dominicana (Movimiento Juvenil Dominicano, Fraternidad Laical de Santo Domingo y Acción Verapaz).
En su exterior destaca la sobriedad de la fachada, la fachada del templo hace esquina con las calles San Vicente y Juan Rabadán y el convento propiamente da a estas dos calles además de la calle Miguel Cid.
La iglesia tiene su origen en el siglo XV, reconstruyéndose en el siglo XVIII, el edificio conventual es una reconstrucción de finales del siglo XX.
El interior del templo es de una sola nave con bóveda de medio cañón y bancos.
Destacar el retablo mayor tallado y dorado de estilo barroco del siglo XVIII. Se encuentra presidido por la talla sedente de Nuestra Señora del Rosario y a ambos lados San Francisco y Santo Domingo de Guzmán. Sobre la Virgen se encuentra una hornacina con Santo Tomás de Aquino y coronando el retablo una pintura de la Sagrada Familia.
En el muro del Evangelio se encuentra primero el retablo de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la orden, el retablo es de estilo barroco del siglo XVIII. Al santo lo flanquean pinturas alusivas a la Eucaristía, el Corazón de Jesús, San Juan Bautista y la Cruz.
Tras la puerta le sigue el retablo de San Francisco de Asís, de estilo neoclásico, muy austero.
Por último en el muro de La Epístola primero vemos el retablo de San Raimundo de Peñafort, dominico patrón de los juristas. A este sigue un retablo neoclásico muy austero, parejo al de San Francisco que está justo enfrente. Este retablo está dedicado a San Buenaventura.
¡Espero os haya gustado este reportaje!