En la Iglesia parroquial de San Lorenzo se conservan dos obras del siglo XIV, que tiene como tema a la Virgen con el Niño: la pintura mural de la Virgen de Rocamador y la imagen de la Virgen del Carmen.
La imagen de la Virgen del Carmen está realizada en alabastro,
parcialmente policromada, de algo más de un metro de altura. Lleva una corona, media luna a los pies y
ráfaga de plata de estilo rococó, probablemente del siglo XVIII. Procede
esta imagen del antiguo Convento Casa Grande del Carmen (calle Baños),
de donde salió en tiempos de la invasión francesa; de allí pasó a manos
de su camarera, que después la donó a la parroquia de San Lorenzo.
Presenta esta imagen las características de la escultura gótica del
siglo XIV. Durante un tiempo se pensó que era de origen francés, pero
actualmente se cree que pertenece a la escuela catalana de escultura del
siglo XIV. La Virgen lleva en su mano derecha un cetro de plata,
mientras que en la izquierda porta al Niño que tiene en sus manos un
pajarito, posiblemente una paloma, probable alusión al Espíritu Santo. El esquematismo de la figura y la sencillez de los pliegues de
su vestido indican las características de la escultura del siglo XIV, y
la serenidad de los rostros de la Virgen y del Niño muestran rasgos de
la mejor escultura gótica de este tiempo.
La ráfaga, la media luna y las coronas de esta imagen son ejemplares
excelentes de la orfebrería sevillana
del siglo XVIII.
Es la representación más antigua que hay en Sevilla de la Virgen del Carmen. En su época monástica gozó de gran devoción y fervor en la ciudad, incluso llegó a sobrevestirse con ricas prendas que desaparecieron tras el saqueo de los franceses. De todo ese ajuar sólo llega a nuestros días el conjunto de orfebrería que ya hemos citado.
Termino el reportaje con una fotografía del claustro del antiguo Convento Casa Grande del Carmen, actual sede del Conservatorio Superior de Música y de la Escuela Superior de Arte Dramático en la calle Baños.
¡Espero os haya gustado este reportaje!
