El jueves 5 de junio la hermandad del Rocío de Utrera seguía su camino hacia El Rocío partiendo desde los pinares de Aznalcázar. A media tarde la hermandad cruzaba el Vado del Quema entre los rezos y los cantos de los romeros, se bautizaban nuevos peregrinos y se vivían momentos de gran emoción. A última hora de la tarde la hermandad utrerana se presentaba ante la parroquia y la hermandad de Villamanrique de la Condesa. La carreta del Simpecado subió los escalones de la iglesia de Santa María Magdalena y se despidió dando una vuelta de 360 grados, mientras el Simpecado avanzaba los romeros desde los carros lanzaban los famosos mostachones de Utrera. Atardeciendo y entre sevillanas llegaba la comitiva a la Dehesa Boyal, lugar donde se realizaba la tercera y última pernocta. Al día siguiente llegaría la hermandad a la aldea del Rocío.
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