Seguimos en la localidad sevillana de Marchena y hoy hacemos una visita a la Iglesia de San Juan Bautista, parroquia matriz de Marchena.
Templo de dimensiones catedralicias,
que por su arquitectura
y por su contenido artístico constituye uno de las más interesantes de
la provincia de Sevilla. Su capilla más antigua es del siglo XIV, el
resto del edificio se construye a partir de 1490 de estilo gótico
mudéjar.
Posteriormente se realizan otras reformas y añadidos como la
torre campanario en 1580. En el siglo XVII se realizan la sacristía,
adosada al presbiterio, y la capilla de los Molinas, de entre 1619 y
1622. Nuevas reformas llevadas a cabo en el siglo XVIII otorgarán el
aspecto actual del templo, siendo la obra más importante en este
tiempo el coro y el trascoro, donde existe abundante decoración de
yeserías y el uso de estípites.
De este mismo siglo es la portada situada en el muro derecho, obra
realizada por el maestro cantero Juan Antonio Blanco en 1757.
El templo además de la portada referida antes posee otras dos de estilo
gótico realizadas en ladrillo, una en el muro izquierdo y otra, la principal, a los pies del templo.
De estructura gótico-mudéjar, característica del tiempo de los Reyes
Católicos y con algunos detalles renacentistas, su interior se organiza
en cinco naves separadas por pilares, algunos con columnas adosadas, en
altura decreciente.
El retablo mayor lo realizan los artistas Jorge y Alejo Fernández,
autores principales del correspondiente en la Catedral de Sevilla. No
obstante el de Marchena es obra posterior de entre 1521 y 1533. Lo cual hace que el de Marchena no cuente con los condicionantes
medievales de este, y sí que refleje los cambios producidos en la
pintura sevillana del momento. Se trata de un retablo de estructura
cuadrada y organizado en cuadrícula, más cercano a la concepción de los
retablos platerescos,
donde las imágenes cobran más importancia respecto a la propia
arquitectura del retablo, y que conjuga la escultura con la pintura en
una representación iconográfica compleja.
Este retablo se concibe como una gran representación plástica sobre la
acción salvadora del Mesías desde su Encarnación hasta su
Transfiguración gloriosa y sobre la obra precursora de Juan el
Bautista, cuya degollación es la advocación titular del templo. Culmina el programa iconográfico del conjunto con escudos ducales y del arzobispo fray Diego de Leza.
En el primer tramo de la nave central se encuentra el coro de factura barroca, tallado por Juan Valencia con diseños de Jerónimo de Valvás, construido entre los años 1719 y 1722 y decorado con abundante yesería.
El retablo del sagrario fue realizado por Roque Balduque en el año 1557.
Seguimos avanzando por la nave del Evangelio y primero vemos el retablo de Jesús con la Cruz a cuestas, el conjunto escultórico está atribuido a Roque Balduque aunque con repintes posteriores. El retablo tiene una leyenda escrita que dice así "Acabo este retablo año de 1697 en tiempo de Diego de Ribadeo devoto de Iesus".
Después vemos el retablo de San Juan Nepomuceno realizado por Juan del Castillo entre los años 1699 y 1706. La imagen del santo está atribuida al mismo artista.
Después vemos el retablo de San Judas Tadeo.
Después vemos el retablo de San José con el Niño realizado por Francisco Casaus entre 1765 y 1768. La imagen del bendito patriarca esta atribuida a Duque Cornejo.
Ya en la nave de la Epístola vemos el retablo del Santo Cristo de los Peligros, el altar es de estilo barroco y el crucificado renacentista.
Después vemos el retablo barroco de la Inmaculada Concepción, con la maravillosa imagen de dos metros de altura que esculpiera Pedro de Mena y que recientemente ha sido restaurada.
Después vemos la imagen de la Divina Pastora de las Almas, obra anónima de finales del siglo XVIII.
Terminamos viendo el retablo barroco de la Dolorosa, donde en su hornacina vemos esta imagen de busto realizada por Fernando Ortiz en el siglo XVIII.
Después y pidiendo permiso se puede entrar en la sacristía donde entre muchas obra de arte destacan varias esculturas de Alonso Cano y Juan de Mesa y hasta nueve cuadros del pintor extremeño Zurbarán.
De las piezas de orfebrería cabría destacar la custodia de Francisco de
Alfaro de plata dorada de 1575 que sale en procesión el día del Corpus
Christi.
¡Espero os haya gustado este reportaje!
Impresionante iglesia, una verdadera maravilla.
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