sábado, 7 de septiembre de 2019

Cantillana






Seguimos con la ruta por pueblos de la provincia de Sevilla.

Hoy nos vamos a Cantillana.

Este municipio se encuentra en la comarca de la Vega del Guadalquivir. Está situado a 32 kilómetros de Sevilla y tiene 10661 habitantes.
 
Arriba os enseño el Ayuntamiento del municipio, moderno y funcional. 

Subimos a la parte más alta del municipio y allí nos encontramos la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, se comienza a construir en 1555 por Juan Pérez Caravallo, se paraliza la obra y la reanuda en 1619 por Diego López Bueno, fue construido gracias al patronato de los Condes de Cantillana. La torre se construyó en el siglo XVIII.













Tiene planta basilical de tres naves. La nave central está cubierta por un llamativo artesonado de mediados del siglo XVI y las naves laterales por vigas de madera inclinadas a un agua. Las naves están separadas por tres grandes arcos de medio punto a cada lado. El crucero está coronado por una bóveda que muestra un diseño de herrajes de tipo flamenco, notable por su complejidad y su armonioso diseño curvilíneo, en la que figuran los escudos de los condes de Cantillana.
 
El actual retablo mayor procede, en su mayor parte, del convento de Santo Domingo de Carmona y es obra de Juan Gatica, de principios del siglo XVII. En el centro se encuentra la imagen de la Asunción de la Virgen, imagen anónima del siglo XVI que llegó a Cantillana en 1840 procedente de Sevilla; y a los lados San Joaquín, Santa Ana y varios santos dominicos.
 
En el presbiterio vimos en cultos la imagen de la Divina Pastora de las Almas, de principios del siglo XVIII, atribuida al imaginero sevillano Francisco Ruiz Gijón que tiene retablo propio en la nave de la Epístola.














En la nave del Evangelio, en la cabecera se encuentra la capilla del Sagrario, con un hermoso retablo del imaginero Jerónimo Hernández de Estrada que lo preside la imagen de una Inmaculada barroca.
En un lateral de la capilla en un retablo barroco de menor tamaño vemos al Cristo atado a la Columna. Vemos también en esta nave los retablos del Sagrado Corazón de Jesús, la Virgen del Pilar, el Crucificado de San Felipe y Santa Teresa de Jesús.
 
 
 










 

 
En el coro bajo vemos el simpecado fundacional de la Divina Pastora, obra del primer tercio del siglo XVIII.

En la nave de la Epístola vemos el retablo de los titulares pasionistas de la hermandad sacramental, el Cristo de la Misericordia obra de Castillo Lastrucci y la Virgen de la Caridad de Francisco Buiza; el baptisterio con la imagen de la Virgen del Voto y tres retablos más con las imágenes de San José, María Auxiliadora y otro pequeño crucificado. El retablo más destacado de esta nave es el de la Divina Pastora, antiguo retablo mayor del convento franciscano de Cantillana. Contiene imágenes de Santa Clara y San Diego de Alcalá. 
 
 
 
 








 
 
Salimos de la parroquia por la puerta de la plaza del Palacio, lugar donde estuvo ubicado el desaparecido palacio de los condes de Cantillana. Entre la plaza y el mirador desde donde se ve la Vega fértil del Guadalquivir y el antiguo cauce del río, hay un humilladero con una Cruz de forja.
 
 
 
 






 
Bajamos a la calle Mimbre y allí vemos la conocida como "Piedra del Moro", la cual es uno de los restos de la muralla que rodeaba al municipio en el siglo XII.









Nos dirigimos ahora a la plaza del Caño, plaza de estilo andaluz, conocida con este nombre
porque por su emplazamiento pasaba un caño que hacía de desagüe de las aguas de las viviendas del municipio. Es uno de los rincones con más encanto de este municipio.















Llegamos a la cercana plaza de la Misericordia donde se levanta la Ermita del Dulce Nombre de Jesús y Santa Misericordia. Anteriormente, en época musulmana, fue mezquita al situarse en las zonas más altas del pueblo y su orientación a la Meca. Era costumbre que sobre antiguas mezquitas se levantaran iglesias. La actual iglesia es del siglo XVI, originalmente tenía una sóla nave, posteriormente se construyó otra en el lado de la epístola. Posee una portada de ladrillo visto, rematado por una artística espadaña con un rosetón de azulejos.
 
 Preside el templo un retablo del siglo XVIII con un Niño Jesús barroco de la Escuela Sevillana, así como una pintura de la Virgen de la Misericordia. También alberga esta ermita el simpecado de la Virgen de Belén, antigua hermandad, hoy desaparecida. Este precioso simpecado es de terciopelo rojo bordado en plata del siglo XVIII. En la ermita tienen su sede la hermandad de la Borriquita, cuyo titular se encuentra en el presbiterio y la hermandad filial de San Benito Abad con el estandarte del Santo, el cual peregrina a Castilblanco de los Arroyos.













Seguimos paseando por las calles de la zona alta del municipio.












Llegamos ahora a la calle Cardenal Spínola, conocida popularmente por la Cuesta del Reloj. Este nombre viene dado por la Torre del Reloj que corona la cuesta. Es una torre del siglo XII que sirvió como fortaleza militar, formando parte de la antigua muralla que rodeaba esta zona. En el siglo XVIII ya se le denomina Torre del Reloj, debido a la existencia de un reloj de sol en su cara sur. En el siglo XIX sufre las mayores transformaciones arquitectónicas con el añadido del campanario y del reloj con su mecanismo.











Nos dirigimos ahora a la plaza del Llano, lugar céntrico por excelencia. En este lugar encontramos la Ermita de San Bartolomé, templo del siglo XV con numerosas transformaciones posteriores. El exterior está muy transformado, destacando la portada principal del siglo XVIII, sobre la cual se levanta una espadaña también dieciochesca de un sólo cuerpo.

Tiene planta basilical con tres naves separadas por columnas de ladrillo que sustentan arcos apuntados. Actualmente la ermita alberga las imágenes de Nuestra Señora de la Asunción, San Bartolomé, Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora del Consuelo, de época barroca, y la pintura de Santa Catalina de Alejandrina del siglo XVIII, tienen cierto interés las pinturas murales fechables en el siglo XVIII. Es sede de la hermandad de Nuestro Padre Jesús y la hermandad de la Virgen del Consuelo.


















Salimos de este templo y poco a poco nos encaminamos hacia la avenida de Andalucía, al principio de esta un monolito nos recuerda que Blas Infante considerado el Padre de la Patria andaluza vivió en Cantillana durante trece años y fue en este período donde creó el Himno de Andalucía.












Recorriendo toda la avenida de Andalucía y posteriormente la avenida de Ntra. Sra. de la Soledad en dirección a El Pedroso llegamos hasta la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad. Anterior al edificio actual, existió en el mismo lugar una ermita bajo la advocación de San Sebastián donde ya en el siglo XVI era venerada la Santísima Virgen de la Soledad, que debido a la gran devoción del pueblo terminó dando nombre a este recinto. 

El templo actual es de finales del siglo XVIII de estilo neoclásico. Tiene planta de cruz latina, una sola y espaciosa nave rematada por una bella cúpula de yeserías en cuyas pechinas hay unos relieves con los cuatro evangelistas y versículos del Stábat Mater. Presenta portada a los pies, en la parte superior tiene una espadaña decorada con azulejería. 

El retablo mayor tiene el considerado el último camarín barroco de Andalucía, ya en línea con la corriente neoclásica. El camarín se cubre con una bóveda de aristas en cuyo centro se sitúa la representación del Espíritu Santo en forma de paloma. En este camarín se encuentra la Virgen de la Soledad, Patrona de Cantillana. Imagen anónima y de principios del siglo XVI, puede considerarse una de las dolorosas más antiguas de las que procesionan en Andalucía. Bajo esta y en una urna vemos al Cristo Yacente, obra de Juan de Santamaría del año 1583, siendo un cristo articulado para la representación del descendimiento.

En los laterales y en retablos neoclásicos vemos las imágenes de San Juan Evangelista, Santa María Magdalena y el Santísimo Cristo de la Agonía, imagen de pasta considerada el Cristo más antiguo de Cantillana.

 También en esta ermita se encuentra la imagen de San Sebastián, Patrón del municipio.






















Salimos de la Ermita de la Soledad y justo detrás se encuentra el Cementerio de la localidad, en él visitamos la tumba del pintor José Pérez Ocaña.











Por último visitamos los restos del antiguo Convento de San Francisco, en uno de los recintos se encuentra el Centro de Interpretación de la Obra de Ocaña.

José Pérez Ocaña (Cantillana, 24 de marzo de 1947 - Cantillana, 18 de septiembre de 1983), más conocido como Ocaña, fue un performer, artista, anarquista y activista LGBTQ+ español.

Artista, actor y pintor transgresor cuyas obras eran apreciadas por muchos, destacó por su forma de vivir, por expresarse libremente sin atender a las posibles consecuencias de un país todavía anquilosado en unos valores arcaicos y peligrosos. Era un personaje típico de las Ramblas de Barcelona, se travestía sin ningún tapujo a plena luz del día con una mezcla de andaluza y de religiosidad típica de su tierra y vivía rodeado de los que le querían y entendían. En septiembre de 1983 regresó a Cantillana para celebrar unas fiestas de carnaval y reunirse con su familia. Allí confeccionó y vistió un disfraz de sol elaborado con papel, tela y bengalas, que salió ardiendo y le produjo quemaduras mortales, falleciendo a la semana con 36 años.








¡Espero os haya gustado este gran reportaje!



1 comentario:

  1. No conocía el gran patrimonio eclesiástico de Cantillana, las Iglesias impresionantes. Me ha gustado especialmente la Ermita de la Soledad.

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