Seguimos con la ruta por pueblos de la provincia de Zamora.
Hoy nos vamos a Benavente.
Esta localidad se encuentra en la comarca de Benavente y Los Valles. Está situada a 65 kilómetros
de Zamora y tiene 17935 habitantes.
Este reportaje tiene varios años y está inconcluso pero muestra los principales edificios de la localidad.
Arriba vemos el Ayuntamiento del municipio ubicado en la Plaza Mayor, edificado a mediados del siglo XIX en estilo neoclásico.
Justo al lado y ya en la foto superior se adivina el chapitel de su torre, os enseño la Iglesia de San Juan del Mercado. Edificada en el siglo XII, responde al estilo románico aunque su cubierta no se realizó con bóvedas, motivo por lo que
actualmente cuenta con techo de madera y tejado a dos aguas.
El templo tiene tres portadas de estilo románico. Destaca la orientada al sur por su amplio desarrollo iconográfico.
El Pórtico Sur tiene arco de medio punto ligeramente
apuntado apoyado en jambas lisas y tres arquivoltas abocinadas sobre
parejas de columnas con capiteles decorados y esculturas.
En el tímpano se representa una Epifanía, con la Adoración de los Reyes Magos, situando en el centro a la Virgen con el Niño en brazos, a la izquierda los reyes en actitud de ofrenda y por último a la derecha a San José dormitando apoyado sobre un bastón.
De su interior, destacan las pinturas del ábside central que se centran en el bautismo de Cristo.
Subimos a la parte más alta de Benavente y vemos la Torre del Caracol, esta torre fortificada fue parte del Castillo de la Mota de Benavente, una de las pocas partes que se conservan en pie del inmenso y lujoso castillo-palacio que los Pimentel tuvieron en esta localidad.
La mayor parte del castillo fue destruida por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia, conservándose únicamente la hermosa y original torre, obra realizada con una mezcla de los estilos gótico y renacentista, a principios del siglo XVI por el IV y V conde de Benavente, pertenecientes a la Casa Pimentel.
Actualmente y junto a otras edificaciones más modernas está integrada en el Parador Nacional de Turismo. En el interior hay que destacar en su planta principal un artesonado mudéjar que perteneció al Convento de San Román del Valle, hoy también desaparecido.
Atravesamos los preciosos jardines del Paseo de la Mota y nos adentramos en las calles del centro buscando la Iglesia de Santa María del Azogue.
Su construcción comenzó hacia el 1180, época en que esta ciudad fue repoblada por Fernando II de León. Iniciada en estilo románico, permaneció buen tiempo inconclusa hasta el impulso restaurador en tiempos de Sancho IV, en el último cuarto del siglo XIII. En el siglo XVI se añaden las bóvedas de crucería gótica de la nave central, obra costeada por los condes de la villa, cuyas armas heráldicas se adosan en lo alto. En el año 1735 se levantó la portada de los pies en sustitución de otra del siglo XII.
Las portadas del crucero son variadas. La norte con decoración vegetal y la sur, vegetal y figurativa.
La torre es de planta cuadrada, rematada la poderosa torre con una aguja chapitel de pizarra.
En el tímpano se representa una Epifanía, con la Adoración de los Reyes Magos, situando en el centro a la Virgen con el Niño en brazos, a la izquierda los reyes en actitud de ofrenda y por último a la derecha a San José dormitando apoyado sobre un bastón.
De su interior, destacan las pinturas del ábside central que se centran en el bautismo de Cristo.
Subimos a la parte más alta de Benavente y vemos la Torre del Caracol, esta torre fortificada fue parte del Castillo de la Mota de Benavente, una de las pocas partes que se conservan en pie del inmenso y lujoso castillo-palacio que los Pimentel tuvieron en esta localidad.
La mayor parte del castillo fue destruida por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia, conservándose únicamente la hermosa y original torre, obra realizada con una mezcla de los estilos gótico y renacentista, a principios del siglo XVI por el IV y V conde de Benavente, pertenecientes a la Casa Pimentel.
Actualmente y junto a otras edificaciones más modernas está integrada en el Parador Nacional de Turismo. En el interior hay que destacar en su planta principal un artesonado mudéjar que perteneció al Convento de San Román del Valle, hoy también desaparecido.
Atravesamos los preciosos jardines del Paseo de la Mota y nos adentramos en las calles del centro buscando la Iglesia de Santa María del Azogue.
Su construcción comenzó hacia el 1180, época en que esta ciudad fue repoblada por Fernando II de León. Iniciada en estilo románico, permaneció buen tiempo inconclusa hasta el impulso restaurador en tiempos de Sancho IV, en el último cuarto del siglo XIII. En el siglo XVI se añaden las bóvedas de crucería gótica de la nave central, obra costeada por los condes de la villa, cuyas armas heráldicas se adosan en lo alto. En el año 1735 se levantó la portada de los pies en sustitución de otra del siglo XII.
Las portadas del crucero son variadas. La norte con decoración vegetal y la sur, vegetal y figurativa.
La torre es de planta cuadrada, rematada la poderosa torre con una aguja chapitel de pizarra.
La iglesia es de planta de cruz latina, de tres naves de cuatro
tramos con contrafuertes de refuerzo y crucero que sobrepasa la nave.
La cabecera lleva cinco ábsides, disminuyendo el tamaño del central a los últimos. Los pilares, aunque variados, de planta cruciforme.
Destaca el elevado número de marcas de cantero tanto en el exterior como en el interior del templo.
Destaca en su interior el conjunto de la Anunciación, realizado en piedra policromada en el siglo XIII. El grupo escultórico se encuentra en un perfecto estado de conservación; las imágenes se encuentran colocadas en el crucero, en los dos pilares centrales.
También se encuentra en uno de los pequeños ábsides que anteceden al principal, la imagen de la Virgen de la Vega, Patrona de Benavente.
Después vemos el Hospital de la Piedad, fundado por el V conde de Benavente, don Alfonso Pimentel y su esposa, doña Ana de Herrera y Velasco.
El Hospital, en principio, estaba destinado a acoger a los peregrinos aunque también estaba facultado para atender a los enfermos que pasaran por Benavente. En la actualidad alberga un asilo de ancianos, atendido por la Congregación de las Hermanas de los Ancianos Desamparados.
Destaca su hermosa fachada del primer renacimiento español manteniendo bastantes influencias del gótico. El interior del edificio destaca el patio de planta cuadrada, rodeado de galerías en dos pisos, todo ello realizado en piedra.
Termino este reportaje viendo la Casa Barrios y la Casa de las Pescaderías, ejemplos de su arquitectura civil domiciliaria y la Ermita de la Soledad, edificada en el siglo XVI y que actualmente alberga el Museo de la Semana Santa.
Destaca el elevado número de marcas de cantero tanto en el exterior como en el interior del templo.
Destaca en su interior el conjunto de la Anunciación, realizado en piedra policromada en el siglo XIII. El grupo escultórico se encuentra en un perfecto estado de conservación; las imágenes se encuentran colocadas en el crucero, en los dos pilares centrales.
También se encuentra en uno de los pequeños ábsides que anteceden al principal, la imagen de la Virgen de la Vega, Patrona de Benavente.
Después vemos el Hospital de la Piedad, fundado por el V conde de Benavente, don Alfonso Pimentel y su esposa, doña Ana de Herrera y Velasco.
El Hospital, en principio, estaba destinado a acoger a los peregrinos aunque también estaba facultado para atender a los enfermos que pasaran por Benavente. En la actualidad alberga un asilo de ancianos, atendido por la Congregación de las Hermanas de los Ancianos Desamparados.
Destaca su hermosa fachada del primer renacimiento español manteniendo bastantes influencias del gótico. El interior del edificio destaca el patio de planta cuadrada, rodeado de galerías en dos pisos, todo ello realizado en piedra.
Termino este reportaje viendo la Casa Barrios y la Casa de las Pescaderías, ejemplos de su arquitectura civil domiciliaria y la Ermita de la Soledad, edificada en el siglo XVI y que actualmente alberga el Museo de la Semana Santa.
¡Espero os haya gustado este reportaje!