Nos quedamos en el término municipal de Tarifa y nos dirigimos a la playa de Bolonia donde visitamos las ruinas de la ciudad romana de Baelo Claudia.
La ciudad nació a finales del siglo II a.C. Es posible que Baelo Claudia tuviera algunas funciones de centro administrativo, pero la pesca, la industria de salazón y el garum (una salsa derivada del mismo) fueron las principales fuentes de riqueza. El emperador romano Claudio le concedió el rango de municipium (municipio romano).
La vida de estas poblaciones alcanzó pleno esplendor entre los siglos siglo I a.C. y siglo II d.C., iniciándose su decadencia a partir de segunda mitad del siglo II, cuando un gran maremoto arrasó gran parte de la ciudad. A sus desastrosos efectos se sumaron la crisis del siglo III y las incursiones de hordas de piratas, fundamentalmente mauritanos y germanos. Aunque experimentó un ligero rebrote en el siglo III, la ciudad fue abandonada definitivamente en el siglo VII.
El abastecimiento de agua de la ciudad se realizaba por medio de cuatro acueductos.
La ciudad estaba protegida por una cerca o muralla,
reforzada con más de cuarenta torres de vigía, de las que se conservan
las puertas principales de la ciudad, la que se dirigía a Gades, al oeste, y la que se dirigía a Carteia (cerca de San Roque). Hacia el Este, exístía una tercera puerta situada al norte de la ciudad, denominada Puerta de Asido.
En su trazado urbano se distinguen las dos vías principales de la ciudad romana: el decumanus maximus, que la recorría de Este a Oeste y en cuyos extremos se situaban las puertas de entrada a la ciudad, y el cardo maximus, que la cruza en ángulo recto y por tanto en dirección norte a sur. En las dos últimas fotografías vemos ruinas de viviendas.
También puede apreciarse la zona industrial con restos de las instalaciones para la fabricación del garum y las fábricas de salazón a pie de playa.
En el centro de la ciudad vemos los restos de los edificios de la Curia, la Basílica, la plaza pública (el foro) y el Mercado.
Después llegamos a las termas y un poco más arriba al Teatro, el mayor edificio de la ciudad, con aforo de hasta 2000 personas.
Por último vemos los cuatro templos: tres dedicados a cada uno de los componentes de la Tríada capitolina (Júpiter, Juno y Minerva) y uno dedicado a la diosa egipcia Isis, relacionado al culto isíaco en la península, descubierto recientemente por un grupo de arqueólogos del histdeutsch.
¡Espero os haya gustado este reportaje!
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