viernes, 10 de octubre de 2025

Morón de la Frontera


 


Seguimos con la ruta por pueblos de la provincia de Sevilla.

Hoy nos vamos a Morón de la Frontera. 

Este municipio se encuentra en la comarca de la Campiña de Morón y Marchena. Se encuentra a 58 kilómetros de Sevilla y tiene 27228 habitantes. 

Empezamos en la plaza del Ayuntamiento viendo el Ayuntamiento del municipio. El edificio data del año 1593, siendo reformado en 1878 en estilo neoclásico.










Nos vamos a la plaza del Cardenal Spínola donde se levanta imponente la Iglesia parroquial de San Miguel Arcángel. Se comenzó a edificar en 1506, finalizándose en 1730 por lo que incluye diversos estilos artísticos como el gótico tardío, renacentista y barroco. 

Tiene planta de salón dividida en tres naves con capillas laterales. La torre campanario data del siglo XVII y fue edificada sobre un minarete almohade, su diseño imita a la Giralda de Sevilla, con cuatro cuerpos una altura de 47 metros.

Por sus dimensiones y patrimonio fue conocida como la Catedral de la Sierra Sur.

En su interior destaca el retablo mayor realizado por Jerónimo Velázquez entre 1629 y 1630; el retablo de la capilla sacramental, barroco del siglo XVIII presidido por la Inmaculada de Luisa Roldán "La Roldana". También destacar el coro barroco del siglo XVIII.






















Sobre una colina de 300 metros de cota que se encuentra en pleno centro de la localidad, se levantan las ruinas del Castillo de Morón de la Frontera. Fortaleza medieval edificada entre los siglos XI y XII con reformas importantes a principios del siglo XVI para adaptarlo a uso palaciego por los Duques de Osuna.















Después visitamos el Paseo o Peña del Gallo, un precioso paseo mirador presidido por el famoso Gallo de Morón.

Cuentan las antiguas crónicas que, allá por los años de mil quinientos, el pueblo de Morón se encontraba dividido en dos bandos, cada uno capitaneado por sus respectivos alcaldes.

Era tal la rivalidad existente entre ellos que cualquier problema, por simple que fuera, se convertía en una cuestión de fuerza y poder.

Se afirma que, cuando se trataban temas relacionados con los nombramientos de las nuevas localidades locales, las disputas tomaban entonces tintes de motín, por lo que su repercusión llegaba hasta la capital, donde se consideraba a Morón como uno de los pueblos más rebeldes y difíciles de gobernar de todo el reino. 

Es más, la Chancillería  de  Sevilla y de Granada, y aun la misma Corte de Madrid, insisten los cronistas, estaban asombrados ante los asuntos de Morón, pues no sabían qué hacer, ya que aunque mandaran jueces imparciales, las dos facciones, usando todas las artimañas, trucos y trampas posibles no los reconocían, ya que afirmaban que el orgullo de Morón no admitía ningún arbitraje ajeno, aunque éste viniese respaldado por el más alto tribunal.

Pero como estas divergencias y rencores, en lugar de apagarse cada vez eran más y más hondas, a la chancillería de Granada no le quedó otro remedio que volver a intervenir en los asuntos de Morón. Así, en la primavera de 1597 mandó a Morón al doctor Juan Esquivel (Audiencia Regional de Andalucía) que, a tenor de las crónicas, tenía pocas luces amén de un carácter fuerte y poco tratable.

Además, se dirigía de forma grosera a los señores de Morón, a quienes provocaba diciendo, entre otras cosas, que donde él estuviera no había más gallo que él, razón por la que los lugareños le comenzaron a llamar el "Gallo de Morón"

Cansado todo el pueblo de Morón de sus tonterías y palabrarerías, así como de sus insultos y provocaciones, motivó que los grandes señores de la villa se reuniesen para vengarse de todo lo que estaban diciendo y haciendo.

De este modo, una noche con engaños fue sacado sigilosamente al Camino de Canillas el doctor Esquivel, donde le desnudaron de todas sus ropas y dándole una paliza con varas de acebuche, le “invitaron amablemente” a marcharse con la condición de que si volvía a presentarse, lo pasaría mucho peor, ya que no lo contaría más.

Desde ese día, en las calles de Morón se canta una coplilla que recuerda a todo el mundo este suceso, y que dice así:

"Anda que te vas quedando como el gallo de Morón, sin plumas y cacareando en la mejor ocasión"













Frente a la Iglesia de San Miguel vemos el antiguo Hospital de San Juan de Dios, antiguo hospital religioso que se convirtió en convento en el siglo XV, originalmente regido por la Orden de San Juan de Dios. Desde 1900 se convirtió en un centro de enseñanza regido por la Orden de la Inmaculada Concepción.








Llegamos a la cercana plaza de Ramon Auñón presidida por el monumento a Fernando Villalón, poeta de la Generación del 27. 

Justo detrás vemos la Casa de la Cultura Fernando Villalón, antiguo palacio de los Condes de Miraflores edificado en 1735 y lugar donde vivió el poeta ya referido, al ser hijo del conde. Destaca la portada plateresca con elementos decorativos como el escudo de la Orden de Calatrava, sus blasones y el balcón forjado.











En la calle Ánimas vemos la Iglesia de San Ignacio de Loyola, conocida popularmente como "La Compañía". Templo barroco edificado en el siglo XVII por los frailes de la Compañía de Jesús. En el exterior destaca su portada barroca. En el interior destacar los cinco retablos barrocos barnizados que se encuentran entre el altar mayor y los brazos del crucero.

Junto a la iglesia se encuentra el Mercado de Abastos.













Damos un paseo ahora por los Jardines de la Carrera, una gran plaza céntrica ajardinada con varias fuentes y ornamentación de estilo regionalista, en los que predomina el ladrillo visto y la cerámica.
















Preside esta hermosa plaza el Convento de Santa Clara. Monasterio de clarisas del siglo XVIII. Se accede a la iglesia a través de dos portadas casi gemelas que se encuentran en el muro de la Epístola. Destacar en su interior los frescos y retablos barrocos.














Volvemos a la calle Ánimas y cerca del mercado vemos la Biblioteca Municipal situada en la Casa del Agua, antiguo palacete del siglo XIX.













Subiendo la calle Corredera llegamos a la plaza Santa Ángela de la Cruz donde se encuentra la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Victoria. Fue la iglesia del Convento de San Sebastián de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula.

El templo fue edificado entre finales del siglo XVI y principios del siglo XVII. Destaca la torre campanario cilíndrica.

En su interior destaca el retablo mayor barroco de finales del siglo XVII de nueve metros de altura con las imágenes barrocas de la Virgen de la Victoria, San Francisco de Paula y un Cristo Crucificado. Destacar también la capilla sacramental barroca y las imágenes titulares de la hermandad de Santo Entierro. El Cristo Yacente obra de Luis de Peña en 1620 y el grupo escultórico de la Virgen de las Angustias del siglo XVIII.

Anexo a la iglesia se encuentra el Convento de las Hermanas de la Cruz.













Antes de terminar damos un paseo viendo distintas calles, rincones, fachadas y detalles moronenses.



































Finalizamos este paseo en la Ermita de Nuestro Padre Jesús de la Cañada o de la Fuensanta. Grandioso templo del siglo XVIII con intervenciones posteriores de los siglos XIX y XX. Uno de los puntos más devocionales del municipio al ser la sede de la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno.












¡Espero os haya gustado este reportaje!



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