El pasado 20 de septiembre la localidad sevillana de Sanlúcar la Mayor celebró la festividad de su Patrón, San Eustaquio.
San Eustaquio fue un mártir durante el gobierno del emperador Adriano
en el año 188. Sus emblemas son: un
crucifijo, un ciervo y un horno.
La leyenda cuenta que Eustaquio (Placidus antes del bautismo) se convirtió tras una visión que tuvo un día en el que salió de caza, cuando una manada de ciervos venía hacia él, destacándose uno que, entre sus cuernos llevaba un crucifijo; una luz fulgurante iluminó las astas del ciervo y oyó una voz que le decía: "Plácido ¿por qué me persigues? Tú vas a sufrir mucho por causa de Cristo". Posteriormente recibió el bautismo, junto con su esposa Tatiana y sus hijos, Agapito y Teopisto.
Por su rechazo a los ídolos, tuvo que asumir la muerte, cuando es encerrado con su familia en un toro de bronce, bajo el que se enciende una hoguera.
La leyenda cuenta que Eustaquio (Placidus antes del bautismo) se convirtió tras una visión que tuvo un día en el que salió de caza, cuando una manada de ciervos venía hacia él, destacándose uno que, entre sus cuernos llevaba un crucifijo; una luz fulgurante iluminó las astas del ciervo y oyó una voz que le decía: "Plácido ¿por qué me persigues? Tú vas a sufrir mucho por causa de Cristo". Posteriormente recibió el bautismo, junto con su esposa Tatiana y sus hijos, Agapito y Teopisto.
Por su rechazo a los ídolos, tuvo que asumir la muerte, cuando es encerrado con su familia en un toro de bronce, bajo el que se enciende una hoguera.
La imagen del Santo Patrón preside y procesiona desde la Iglesia que tiene su mismo nombre. La Iglesia de San Eustaquio es de estilo mudéjar y se encuentra situada en el punto más alto del centro histórico de Sanlúcar la Mayor sobre los restos de un antiguo templo romano.
¡Espero os haya gustado este reportaje!
Muy interesante la historia de este santo que no conocía. Impresionante la iglesia de San Eustaquio, una pena que no haya más horario de apertura para disfrutarla y acercarla también a los fieles.
ResponderEliminarNo conocía ni el santo ni la iglesia, habrá que ir a conocerlo.
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